Porque es un proyecto de solidaridad, que nos propone un desafío histórico que puede marcar una nueva línea, mucho más auténtica, autogestionaria y eficaz, en la manera de entender la necesaria cooperación solidaria entre los pueblos, para el avance de la humanidad.
Se trata de asumir una buena parte de la financiación en forma de préstamo, de la construcción de una mini central hidroeléctrica en la Comunidad de San Pablo que garantice el suministro eléctrico a toda la población, víctima de los abusos de los poderes económicos y fácticos, que se han apropiado de la producción de energía en su propio territorio.
En el año 1998 Unión Fenosa, ganó el concurso para la privatización del servicio eléctrico de Guatemala. Fue una época de grandes conflictos. En 2004 la Corte de Constitucionalidad le advirtió que estaba haciendo cobros indebidos, que debía devolver cerca de 200 millones de euros a las usuarias, que, ante estos abusos, se organizaron para dejar de pagar los recibos de la luz por los cobros indebidos y los cortes constantes del suministro. En estos conflictos, se producen más de 11 muertes de líderes campesinos. Fenosa abandona Guatemala el 2012 (El Confidencial 18/05/2011-27/05/2015), pero los conflictos siguen con ENERGUATE, que continuó la distribución con la misma estructura. En mayo de 2018, cortan el suministro de luz a la comunidad de San Pablo, que ha instalado un generador diésel provisional que les proporciona unas horas de luz al día.
Nos parece que apoyar este proyecto nos beneficia a todas en nuestros propios territorios:
- Porque es apoyar a un pueblo organizado, que asume su realidad de abuso, por parte de los poderes económicos y les hace frente. Esta mini central, será propiedad de la población de la comunidad de San Pablo que la autogestionará, lo que supone un avance muy importante y un cambio profundo en los modelos organizativos de Desarrollo Comunitario clásicos.
- Porque a pesar de sufrir amenazas, persecuciones e incluso asesinatos, siguen de pie, con la cabeza alta, clamando justicia, pero sin dejar de buscar soluciones por su cuenta, hartas de esperar la justicia que nunca llega.
- Porque no piden caridad, ni regalos, sino apoyos temporales que complementen su esfuerzo, dada la situación que supera su propia capacidad financiera, debido a las enormes adversidades que se acumulan. Ellas ya han conseguido por sus esfuerzos casi la mitad de la inversión. En concreto piden préstamos solidarios, por unos 250.000 €, con la garantía de devolución con la venta de la producción de energía eléctrica de su mini central hidroeléctrica.
- Porque buscan alternativas técnicas realistas y viables. Han estudiado con mucha minuciosidad, todos los detalles técnicos de la alternativa que plantean: la tecnología, la producción de la energía eléctrica, la distribución de esa energía y la viabilidad económica a corto, medio y largo plazo. Hay más de 600 páginas de estudios hechos por varias cooperativas catalanas muy competentes y por entidades locales que avalan la calidad y el rigor de la mini central hidroeléctrica.
- Porque con nuestro apoyo, que complementa su enorme esfuerzo, se conseguirá dar suministro eléctrico a las 900 personas de la comunidad de San Pablo y por extensión al resto de la población del municipio de Tacaná, en condiciones de pobreza.
- Porque nos permite intercambiar y aprender de otros seres humanos iguales a nosotros, que en otros territorios, se organizan dignamente como personas.
- En resumen, entendemos que apoyar este proyecto, además de beneficiar a la población de San Pablo, nos beneficia a todas nosotras, porque significa que nos abre nuevos caminos de cooperación horizontal, estimula la creación de alternativas sostenibles y mantiene la esperanza de que aún es posible cambiar este mundo de injusticias, si cunden este tipo de ejemplos de lucha y rebeldía, de organización horizontal, de eficiencia y de solidaridad internacional.
– Felicitas, lider comunitaria de San Pablo Tacaná.